miércoles, 12 de julio de 2017

Hablaron de sus libros: Díaz Pimienta y José Luis Rodríguez

Claro que se hacen más cosas en el Pasaje A-Marte, pero el ciclo He venido a hablar de mi libro que coordina Lourdes Serrano Berdascas llama la atención a todos los que se acercan a sus sesiones. Allí el autor se sienta entre sus oyentes, los libros pasan de mano en mano, comparten el agua, el vino y la cerveza. 

En el periódico digital CON ACENTO repasan las diez sesiones realizadas hasta el día de hoy. 

Las últimas han sido con dos pesos pesados: Alexis Díaz Pimienta y José Luis Rodríguez García.

Podían haber hablado de sus libros de poesía, de sus novelas, de sus relatos breves o de sus obras de ensayo, que todo eso abarca la obra de ambos.

Alexis Díaz Pimienta

Lo tuvimos el 30 de mayo. Estaba en Zaragoza con motivo de su participación en las Noches de Juglares. 

Alexis es cubano, aprendió a repentizar (improvisar en verso) de pequeño, se profesionalizó y luego, entre las parrandas cubanas y las giras internacionales, comenzó a escribir poesía. Pero no a la manera del decimista popular, sino esa poesía que solemos llamar "culta". Su fantasía le llevó a la prosa. Su afán de potenciar el arte del repentista le hizo recopilar saberes antiguos y experiencias propias en manuales para aprender ese arte.

Precisamente comenzó su charla hablando del Método Pimienta .


Nos enseñó algunas claves, algunos ejercicios. Cuando ya delirábamos, nos hizo hablar en octoñol. Luego nos recitó poemas de sus últimos libros...


Yo salí meditabunda, con el impacto de haikus como este:

Sobre el peligro de leer
una carta de amor delante de otros

Cartas de amor
leídas en voz alta.
Pasión difunta.

José Luis Rodríguez

Aunque yo no fui alumna suya, asistí a muchas de sus clases en la Facultad de Filosofía y Letras, vecina a la mía, Derecho. 

Había leído uno de sus primeros libros y una amiga me hablaba de su profe de filosofía con entusiasmo, aunque yo no lo relacionaba con el poeta. 

Fue el segundo día en que me colé en su aula cuando barrunté que el filósofo podía ser el autor de Tan solo infiernos sobre la hierba. Recuerdo que ese día habló de Antonin Artaud al hilo de no recuerdo qué.


Tengo muchas páginas de este libro dobladas por la esquina. Copio el poema 
11
En este día gris de octubre de 1978
me siento como una estrella apagándose
El miedo simple de los sábados
y el viejo Georg Philip Telemann de tantas tardes callándose

Mis camaradas sueñan
y acaricio su sueño de caballos
Comunista
Lleno el vaso con apacible desgana
Las fotografías amarillean

en la paredes blancas
mucho antes de que todo suceda

y alguna niña con lazos azules
ize las banderas
entre un olor a ceniza y cristales rotos

Pasa el Otoño como un recuerdo

lleno de selvas crecidas
                                     insostenibles

La Primavera está infinitamente distante

¿Crees que llegaré completamente vivo?


En el Pasaje a-Marte leímos algunos versos de sus últimos libros, no menos inquietantes que los primeros, pues, aunque ahora emplee los signos de puntuación de manera ortodoxa, José Luis usa la escritura para desarticular el lenguaje del Poder.

Habló también de asuntos varios (no es nadie Lourdes para tirar de la lengua de sus invitados!) y hasta salió a relucir el pragmatismo de Richard McKay Rorty.

Entre los asistentes contamos con la presencia del también poeta David Mayor, uno de los editores de Los libros del Señor James, donde aparece la magnífica edición de Incidencias.


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